Así empezó todo…
Hoy voy a contarte como nació mi primer bikini. Te pondré en contexto;
En casa siempre se ha dado rienda suelta a la creatividad. Papá tocaba con su banda de músicos son cubano en el salón de casa y mamá les pintaba. Pintaba todo el día, en su estudio, en casa o se nos llevaba por ahí con nuestro pequeño maletín de pinturas.
Siempre me ha gustado coser.
Desde pequeña le hacía vestidos a las muñecas y me distraía haciendo vainicas, punto de cruz y bolillos que me enseñaba Pepita, quien cuidaba de mí y de mi hermana en casa, a ella la distraía cocinando (y hoy es cocinera). Mi abuela paterna cosía de maravilla y siempre tenía unas agujas de media entre manos y muchos hilos de colores. En un entorno donde mamamos belleza enseguida me di cuenta de que mi potencial era crear, imaginar, combinar, traducir… Apañaba bolsos, me cosía faldas, jerséis y ponchos a mano.
Bellas Artes fue mi única opción
Mientras pintaba, dibujaba, esculpía y cosía quedé embarazada de mi hijo Pablo. Ese verano me regalaron una máquina de coser heredada de mi querida diseñadora Alicia que me dio un par de clases intuitivas. Fue el regalo perfecto ya que necesito tener algo siempre entre manos!
Cosí muchas cosas para él; móviles, ropa, juguetes y pronto empecé a hacer más y venderlos.
Siempre he pensado que tengo un poco de “diógenes” y guardo muchas cosas que creo que tarde o temprano les daré uso.
Llegó el momento
Recuerdo aquella semana santa (2013) en que mi Abuela le regaló a mi hermana un bikini cosido a mano que me encantó. Así que motivada por la envidia abrí mi caja de retales y con lo que encontré me estuve horas divirtiéndome distraída inventándome un bikini (hecho de patchwork ya que los trozos de tela que tenía eran pequeños). Mi primer bikini quedó muy divertido y original y pronto amigas, y primas me pidieron que les hiciese uno para el verano.
Si iba a hacer varios tenía que coserlos bien así que busque un taller con la maquinaria específica y yo hacía los prototipos. Hice varios modelos y a medida que se vendían compraba más telas y hacía más.
En ese momento vendía a través de Facebook y ventas privadas que organizaba.
Sin darme cuenta acabó el verano y había vendido mucho más de lo que esperaba así que con el colchoncito que ahorré pensé que en invierno estudiaría y produciría otra colección para el siguiente verano.
Así surgió, de forma orgánica mi primer bikini, mi primera colección y Camila.
Ahora ya sabes un poquito más de mi, quería compartirlo contigo.